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12 abr 2015

Ser infiel pero no dejar a tu pareja por comodidad

Un estudio llevado a cabo por el portal de citas extramatrimoniales Victoria Milán asegura que el hecho de tener un o una amante no es motivo
para dejar una relación. La web, tomando una muestra de 4.658 hombres y mujeres, arroja un dato: el 76% de los encuestados que reconocieron ser infieles preferían echar un polvo con sus amantes perono dejarían a sus cónyuges por una simple razón: la comodidad.
La estabilidad une a las parejas, mientras que la monotonía les lleva a conocer a otras personas con las que avivar la llama de la pasión en el sexo. Hay quienes afirman que “echar una canita al aire” fortalece las relaciones y hacen que valoremos aún más a la persona con la que estamos. Lo que para algunos es un argumento que justifica la infidelidad, para otros no deja de ser una burda excusa con la que cubrirse las espaldas en el caso de ser pillados.
Este mismo estudio constata que el 85% de los infieles tampoco dejarían la relación para vivir un nuevo romance con el amante. Esto se podría resumir en que la infidelidad que predomina es aquella en la que solo se busca placer y sexo y no una relación paralela.

¿Es la infidelidad el fin de una pareja?

Hay quienes afirman que si la aventura ha sido simplemente sexual sí perdonarían a sus parejas. Otros consideran que tener un amante y prolongarlo en el tiempo es algo imperdonable que acaba con la relación.
Al final, más que perdonar una infidelidad hay que olvidar una traición. Los que admiten que perdonan pero no olvidan viven pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Así, jamás conseguirán ser felices del todo con sus parejas, aunque estas no vuelvan a ser infieles nunca. En mi opinión, poner los cuernos no tiene por qué ser el final de una pareja, pero sí el comienzo de una nueva forma de ver la relación.

Perdonar de verdad

Cuando perdonamos una infidelidad no podemos caer en el terrible error de convertirnos en celópatas, de mirar el móvil del otro constantemente, de revisar sus redes sociales, sus correos… En definitiva, cuando perdonamos una infidelidad no lo hacemos con una pistola en la cabeza. La persona a la que le han sido infiel y decide perdonar el acto es consciente de que el daño causado puede llegar a ser incluso menor que el de perder a la persona amada.
Por mi parte, yo sería incapaz de perdonar una traición de este calibre, pues considero que la forma fácil y rápida de ‘fortalecer’ una relación es follar con otro u otra. Pero antes de todo elloexiste la terapia, la comunicación y, si no tiene arreglo, ser valiente y dejarlo con tu pareja cuando deseas a otras personas.