Encuentran la proteína que deteriora nuestra memoria con el paso de los años.
La carencia de una proteína juega un
papel clave en
el declive de la memoria con la edad, un fenómeno
reversible y diferente de la enfermedad de Alzheimer, según estudios
publicados la semana pasada, que podrían abrir la vía a nuevos
tratamientos.
La falta de la proteína RbAp48 en la
parte del cerebro conocida como hipocampo es un factor importante de la
pérdida de memoria asociada al envejecimiento, descubrieron
investigadores de la facultad de medicina de la Universidad de Columbia
en Nueva York, dirigidos por Eric Kandel, colaureado con el premio Nobel
de Medicina en 2000.
Su estudio, realizado sobre células
cerebrales humanas provenientes de cadáveres así como de ratones, es la
indicación más fuerte hasta la fecha de que el deterioro de la memoria
con la edad y la enfermedad de Alzheimer son patologías distintas.
Mientras la primera parece ser
reversible si se trata la carencia de la proteína en cuestión, la
segunda continúa siendo incurable, explican los autores de estos
trabajos, publicados en la revista estadounidense Science Transnational
Medicine.
Estos resultados tienen implicaciones
potenciales en el diagnóstico y tratamiento de los problemas de la
memoria”, señaló Kandel en un comunicado.
Hasta ahora los científicos consideraban
que la pérdida de la memoria era uno de los primeros síntomas de la
enfermedad de Alzheimer, pero cada vez más indicios hacen pensar que se
trata de un fenómeno distinto que afecta al giro dentado, una subregión
del hipocampo.
Para llevar a cabo este estudio, los
autores efectuaron un análisis genético de las células que provienen del
giro dentado de ocho personas muertas en edades comprendidas de los 33 a
los 88 años y entre las cuales ninguna sufría una enfermedad cerebral.
Los investigadores constataron que el
gen RbAp48, que permite producir la proteína del mismo nombre, vio
decaer su funcionamiento con la edad en todos los sujetos.
Los científicos probaron entonces este mismo gen en ratones para determinar su papel en la pérdida de la memoria.
Así, cuando bloquearon genéticamente la
expresión de este gen en el cerebro de los jóvenes ratones con buena
salud, estos experimentaban los mismos problemas de memoria que sus
compañeros mayores, según mostraron pruebas en laberintos.
Una vez restablecida la función del gen, la memoria de los jóvenes ratones volvía a ser normal.
Finalmente los científicos reactivaron
el gen para que se expresara en el cerebro de los ratones mayores que,
según ellos, recuperaron la memoria de su juventud.
FUENTE: QUO.MX