primeros instantes después de las explosiones
«Han sido dos explosiones muy secas, parecía que mucho más lejos de donde se han producido». Habla Iker Cillero, un testigo directo de las explosiones que se han producido este lunes en la línea de meta del maratón de Boston y que ha dejado un número de muertos y heridos por confirmar.
Cillero, que vive en Boston, había acudido con su mujer a la línea de llegada para ver a los corredores. Él participó el año pasado y explica a ABC que el maratón de Boston es una fiesta, uno de los días más importantes de la ciudad. «Me había acercado para animar con mi mujer y ver el ambiente y nos hemos ido justo diez minutos antes de las explosiones», relata.
«Estábamos esperando al autobús para volver a casa cuando hemos oído dos explosiones muy seguidas. Han sido muy secas y daba la impresión de que era algo lejano, mucho más lejano de lo que pensábamos. Entonces, la Policía ha empezado a correr, han acordonado la zona y han prohibido a los corredores pasar por la línea de meta», describe.
De entrada, incertidumbre. Cillero atiende a este medio desde su residencia y nadie se atreve a decir nada hasta que no haya una versión oficial. «Nadie se moja, las teles dan varias versiones», cuenta.
La parada de autobús en donde estaba Cillero se ubicaba a unos diez minutos de Copley Square, en donde se han producido las explosiones. «En las imágenes se ve a la gente que cae antes de llegar a meta porqueeso estaba a unos 50 o 100 metros como máximo del final del maratón».
La gente, como es obvio, se ha alarmado porque los heridos podrían ser muchísimos. «Las calles estaban a rebosar precisamente por ese carácter festivo de este maratón», matiza Cillero por teléfono.